Hay que hacer algo,
es decir,
hacer lo de siempre.
Pero,
alejemos el celular.
Bloquearlo con código;
pedirle a un amigo que lo esconda;
romperlo a hachazos.
Seguir haciendo lo de siempre.
Propongo un trueque:
sale el celular
entra el libro de poesía
(cualquier autore).
A lado del texto;
del diario;
de la notebook;
de la taza de café
o del mate.
Cada cierta cantidad de mates
o de teclas apretadas
o sorbos de café
o párrafos subrayados
leer un poema.
Esta idea es
lo único que
puedo ofrecer.
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