El olor a algo que se quema
esquiva a los perros
a las señoras y sus bolsas con verduras
y encuentra el hueco
para hacerse sentir
en las narices de la casa.
Un incauto
no entiende bien
porqué relaciona
ese olor con el invierno
y dibuja
inmediatamente
en su mente
una columna de humo
que se eleva sobre los arboles sin flores
y cobra forma
de un recuerdo
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