Hoy ha pasado algo lindo.
Leía Carver.
Escuchaba a los Pixies.
Tomaba mate.
Y cada tanto, mordía una manzana.
Paginas 92, 93, 94, 95, 96, 97 y 98.
Todos los cuentos (dice la tapa).
¿la novedad?
Estaba probando otra yerba.
¿lo incómodo?
La manzana.
¿por qué?
Cuando uno intenta leer en voz alta
no está bueno que pedacitos de esa fruta
raspen la garganta.
La lectura se entrecorta.
¿La salvación?
El mate.
Todo lo anterior solo sirve para llenar lineas,
y darle músculo(diría Claudio) a esta poesía.
No es que lo anterior sea al pedo.
Solo me interesa contar lo siguiente.
¿Han visto cuando Carver en sus cuentos
va dividiendo la historia mediante espacios
grandes entre renglones?
¿Habrá sido hechura del editor? No sé.
Se hace una pausa inconsciente en estos puntos.
La cosa es que justito ahí, como si Dios hubiese
manejado el control remoto, ha sonado "Debaser".
Temón.
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